Ni siquiera el Opus

Pocos meses después de que el Gobierno de Navarra diera por acabado el concierto educativo que mantenía con el colegio Miravalles-El Redín, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra paralizaba “cautelarmente” la decisión del gobierno navarro.

El asunto viene de muy lejos y de muchas largas, tantas que hasta las evidencias se vuelven obvias para que se constate, secreto reincidente a voces, que algunos centros incumplían “la 25ª disposición adicional” de la ley educativa que, dicho con menos adicionales eufemismos, viene a ser lo mismo que segregar por sexo, contraviniendo no solo lo natural sino, también, el propio concierto educativo.

No entiendo que se considere “disposición adicional” lo que debiera ser requisito imprescindible, que la segregación se pague con los impuestos de la ciudadanía navarra, y que se ampare la segregación cuando hablamos de educación y de adolescencia.

Hace más de 200 años Simón Rodríguez, educador y maestro de Bolívar, insistía en que niños y niñas debían educarse juntos para que ellos aprendieran a respetarlas y ellas a no tenerles miedo.

Resumiendo, que el Opus sigue teniendo las manos largas y asientos en todos los tribunales, claustros y despachos, y que decía Bertolt Brecht: “Algunos jueces son absolutamente incorruptibles. Nadie puede inducirles a hacer justicia”. Ni siquiera el Opus.

(Preso politikoak aske)