Un hombre normal

Era un hombre normal, afirman sus vecinos. Nunca dio motivos de queja y hasta frecuentaba la iglesia. En el autobús cedía el asiento a las ancianas y jamás olvidó felicitar a su madre un cumpleaños. Era un hijo normal. También era un buen estudiante, dicen en el barrio, mientras fue a la escuela. Un estudiante normal. Sus amigos lo tienen por un buen muchacho, tranquilo, de buen humor, amigo de sus amigos, siempre dispuesto a echar una mano, un amigo normal. Y como trabajador cumplía sus compromisos y hacía bien su labor. Era un trabajador normal.

De hecho, era tan normal que siempre había creído que las mujeres son seres inferiores, subordinados, que piensan menos que hablan y que bien harían en reservarse sus opiniones y limitarse a aquellas tareas a las que por su condición se deben, aquellas que son propias de mujeres.

Era un hombre tan normal que en cualquier sonrisa de mujer advertía una inequívoca señal de interés personal, que en cualquier cortesía de mujer suponía una desesperada invitación a la cama, que en cualquier gesto amable de mujer daba por hecho una irrefrenable incitación al sexo.

Era un hombre tan normal que quienes pasaron por el amargo trance de observar el cadáver de la joven mujer violada, asesinada, no podían imaginar la razón de ser de tanta normal saña, de tanta normal brutalidad.

(Preso politikoak aske)

Gastronoticias

Afirman los espárragos que la reforma del tomate no entrará en vigor hasta que las aceitunas lo aprueben, al margen de lo que determine la lechuga sobre las recetas aplicadas a la crisis dado que para el aceite ya ha pasado lo peor y la ensalada es un mejor lugar sin cebolletas. Se teme que la tasa de paro del aguacate aumente o que la Bolsa se dispare por la fusión del huevo con la mayonesa antes de que se anuncie una nueva emisión de guisantes y se desplome el precio de la sal.

Por otra parte, la Audiencia Vegetal ha archivado la denuncia del vinagre y se cifra en 25 el número de pepinillos afectados.

Los garbanzos insisten en presidir el menú por más que las lentejas, ya en precampaña, sigan movilizando a las patatas, y tres puerros han sido sorprendidos traficando especias en un cocido clandestino. Un pan suicida ha estallado sobre la servilleta provocando tres dedos y una uña, mientras miles de hormigas han llegado al mantel y se persignan en torno al holocausto de la ensalada muerta a la espera de conocer las previsiones sobre el futuro reparto de las migas.

Yo me levanto de la mesa con la urgencia de quien aún no ha pasado por el baño, deposito entre espasmos la cólera que nunca he digerido y me voy a la calle avergonzado de seguir estando vivo.

Nunca más volveré a leer el periódico mientras como.

(Preso politikoak aske)

La transición en Estados Unidos

Urge que la comunidad internacional con Cuba a la cabeza organice la transición de ese manicomio llamado Estados Unidos hacia una sociedad democrática para que deje de ser el país que acumula la mayor deuda americana y el que derrocha la mitad de los recursos del planeta; el que más drogas consume y quien más vulnera los derechos humanos, mientras multiplica indigentes y analfabetos y mantiene al margen de cualquier seguro social a 50 millones de personas.

Es Estados Unidos el país que más guerras ha provocado y más paces ha mentido, el que cuenta con más bases militares diseminadas por todo el mundo, el que más golpes de Estado ha urdido y más gobiernos democráticos ha tumbado. Es a ese país al que hay que ayudar para que sus candidatos a la presidencia no los elija el capital de entre los escaparates de la V Avenida, Beberly Hills o el circo, y para que sus ciudadanos, además de votar, puedan elegir.

Es a esa nación a la que hay que ayudar porque es inaceptable la existencia de campos de concentración, y Guantánamo solo es el más conocido, o cárceles secretas; vergonzosa la construcción de gigantescos muros con los que aislar a sus vecinos; inadmisible que secuestren opositores por todo el mundo; que sean sus soldados los únicos que no están obligados a responder ante tribunales internacionales de justicia porque están por encima de cualquier ley; y que, asesinado su presidente en un encubierto golpe de estado en 1963, tenga la justicia que esperar 66 años para que ese pueblo conozca la verdad sobre el magnicidio del presidente Kennedy y el golpe de Estado encubierto que llevó a la presidencia a Lyndon Johnson.

“Y la verdad os hará libres” proclama un enorme letrero a la entrada de las oficinas de la CIA en Virginia mientras se tiene presos o escondidos o asilados a sus propios conciudadanos como Manning, Snowdem y Assange, por haberse atrevido a decir la verdad.

EEUU es ese “norte revuelto y brutal” del que hablara Martí y que como bien dijera Chávez sigue oliendo a azufre.

(Preso politikoak aske)

A punto de mandar todo a la mierda

(Dedicado a mis hijas)

El lunes llega y pasa y no te enteras,

por eso el martes viene y no te acuerdas

que ya estamos a miércoles y tienes

la extraña sensación de que fue jueves

y hoy es viernes y estás contra las cuerdas.

Los sábados te duele la cabeza.

¡Por fin llega el domingo y también llueve!

¿Será el azar? ¿Será la mala suerte?

¡A punto de mandar todo a la mierda!

Quedamos a las cinco y me recuerda

que quedó en recogerme a menos veinte.

Le digo que no estoy en la vivienda,

que aún me quedan veinte vainas pendientes,

que está lloviendo y yo sigo en la calle.

Le ruego que no ladre, que no muerda.

¡Haberme dicho entonces que era urgente!

¿Será un error? ¿Tal vez un accidente?

¡A punto de mandar todo a la mierda!

El móvil se quedó sin batería

y ni siquiera sé la contraseña.

Yo me vuelvo a poner la mascarilla

y olvido el cambio encima de la mesa.

Tampoco tengo a quién echar la culpa,

ni argumento que valga en mi defensa.

Su eminencia no tiene más preguntas.

¿Será el destino, el karma, la ventura?

¡A punto de mandar todo a la mierda!

Y vuelvo a casa y me derrumbo muerta,

ni el gato quiere hacerme compañía.

Parece que el de hoy no es un buen día.

No hay nadie al otro lado de la puerta.

Mejor será que apague y que me duerma,

que lave esta memoria con lejía

y que el tiempo se encargue de las quejas.

¿Será que no será sin compañía?

¡A punto de mandar todo a la mierda!

(Preso politikoak aske)

El monarca campechano

El problema, al margen de las excreciones que sigan apareciendo y salpicando la muy ilustre biografía del monarca en relación a millonarias comisiones, turbios negocios, tarjetas bancarias, cuentas en paraísos fiscales, fraudes a Hacienda, cortesanas compañías o matanzas de osos y elefantes, no es lo “campechano” que pueda llegar a ser el rey de España, porque si no tuviera una fraterna familia en su memoria y sí bajo su conciencia la muerte de un hermano; si no tuviera hijos reconocidos y sí demandas y bastardos; si no estuviera sujeto a la ley y sí fuera inviolable su figura; si no fuera un hombre sincero y sí un hipócrita; si no fuera una persona sensata e inteligente y sí un necio; si no fuera un hombre decente y sí un canalla; si no fuera un ser humano virtuoso y sí un putero; si no fuera una persona honrada y sí un vulgar chorizo; si no fuera un hombre laborioso y sí un zángano; si fuera un Saboya, un Austria, un Oldemburgo y no un Rey de Copas… el problema es que, en cualquier caso, el emérito y campechano seguiría siendo un rey y, en consecuencia, yo un vasallo, un súbdito del reino.

¡Y no queremos reyes, ni príncipes, ni infantas, ni nobles de cuna, ni cuentos de hadas, ni honores de sangre, ni tronos de mugre, ni heraldos reales, ni estirpes sagradas!

(Preso politikoak aske)