Estado de derecho

Si el presidente del gobierno español comparece ante los medios de comunicación para, como es costumbre, defender la presunción de inocencia de amigos y compañeros del partido y termina reiterando que vivimos en un Estado de derecho; y el ministro de Justicia, con la misma constancia y parecido tono que su presidente, afirma que prevaricar no es corrupción y que, además, vivimos en un Estado de derecho; y el Fiscal del Estado aprovecha los cambios ordenados en las fiscalías que no le son propicias para repetir que vivimos en un Estado de derecho; y el último representante del Partido Popular en ser imputado, al tiempo que se miente y se desmiente, insiste en que vivimos en un Estado de derecho; y el portavoz del Partido Popular en el Congreso, una vez expresados sus habituales exabruptos e insultadas las restantes señorías, vocifera que vivimos en un Estado de derecho; y el amplío coro de contertulios en la nómina del gobierno cierran su turno en el ejercicio de la desmemoria recordándonos que vivimos en un Estado de derecho; y los monarcas en uso y en desuso, emérito y vigente, tras culminar algún ágape o safari, solemnes proclaman que vivimos en un Estado de derecho… es que ya a nadie le debe quedar la menor duda de que España es un Estado de Desechos.

(Euskal presoak-euskal herrira)

Si hubiera sido

Si hubiera sido apóstol habría sido Judas, si hubiera sido asiento habría sido poltrona; de haberse limitado a ser un animal hubiera sido un cerdo; si hubiera sido vino, vinagre hubiera sido; de haber sido una flor habría sido un capullo; y de haberse conformado con ser una simple letra hubiera sido la X… pero Judas tuvo a bien arrepentirse, las poltronas sirven para hacer fuego, los cerdos también son alimento, el vinagre acompaña a la ensalada, los capullos terminan floreciendo, y sin la X no habría oxígeno, ni sexo, ni existencia. Si hubiera sido un político, aún ejerce como tal, solo podría haber sido Felipe González.

Hace tiempo que debió ser condenado por apropiación indebida de bienes y sueños, por malversación de compromisos, por tráfico de votos, por fraudes obreros y estafas atlánticas, por blanqueo de promesas y consignas, por asociación de malhechores, por pertenencia a banda armada, por dirigir el terrorismo del Estado. También pudo haberse retirado, discretamente, a su cortijo sevillano o a su finca marroquí donde nadie fuera a recordar su nombre y su pasado… pero Felipe González ni ha pisado un tribunal, ni ha emigrado a otro país. El más impune y repugnante sicario de la política española por ahí anda, de la mano de Aznar, hablando mierda sobre Venezuela.

(euskal presoak-euskal herrira)

¿Vale?

Hablo de una de esas muletillas en las que nos apoyamos cuando hablamos y que, personalmente, es la que más detesto ¿vale? porque a fuerza de repetirla, de apelar constantemente a ella, termina por volverse insoportable ¿vale? y la puedes oír en boca de cualquiera, entre vendedores, por ejemplo, que apelan a su mejor discurso en la necesidad de convencerte de las ventajas de su seguro de vida o de las nuevas ofertas de su compañía eléctrica ¿vale?

También es habitual en medios como la televisión en que presentadores y contertulios se muestran incapaces de terminar una frase sin recurrir al cansino ¿vale? o, incluso, se la puedes escuchar a oradores y conferenciantes, lo que todavía convierte esa muletilla en más odiosa y menos disculpable ¿vale? porque o bien no se oyen cuando hablan o, lo que es peor, consideran su uso un acertado recurso para contribuir a una conversación más cercana y coloquial ¿vale?

Hasta quienes se ocupan de doblar películas al castellano nos obligan a tener que oír a Brad Pitt gritándole a Angelina Joly: “Tranquila Susan, ya voy a salvarte ¿vale?” y que Susan le responda: “Vale Johny, pero no tardes ¿vale?”

Y no, ¿vale? no vale, ni como respuesta, ni como pregunta, ni como pausa, ni como orden, ni como amenaza ¿vale?

(Euskal presoak-euskal herrira)

La Audiencia Nacional

Lo peor no es que, solo en estos últimos días, la Audiencia Nacional española haya reabierto después de ocho años la causa contra las comparseras de Kaskagorri; o que haya convertido en terrorismo una bronca de madrugada a las puertas de un bar en Altsasu cuando el pueblo celebraba sus fiestas y por la que guardan prisión preventiva en Madrid, desde hace cuatro meses, tres jóvenes del pueblo; o que haya vuelto a denegar la prisión atenuada al preso político vasco Ibon Iparragirre, gravemente enfermo y que de nuevo ha sido asaltado y agredido en la cárcel madrileña de Alcalá; o que siga manteniendo secuestrada en Valencia a la presa política vasca Sara Majarenas que hace tres años debió quedar en libertad por haber cumplido las dos terceras partes de su condena tal y como dicta la ley que ese tribunal dice representar; o que la misma Audiencia niegue el derecho de Izar, hija de Sara y de apenas 3 años, acuchillada recientemente por su padre biológico, a estar con su madre.

Lo peor es que frente a la insensata y miserable provocación del gobierno español a través de su Audiencia Nacional haya quien se declare sordo, quien se confiese ciego y quien, además, todavía le reproche al pueblo vasco el amor que no le guarda a España.

(euskal presoak-euskal herrira)