La Audiencia Nacional

Lo peor no es que, solo en estos últimos días, la Audiencia Nacional española haya reabierto después de ocho años la causa contra las comparseras de Kaskagorri; o que haya convertido en terrorismo una bronca de madrugada a las puertas de un bar en Altsasu cuando el pueblo celebraba sus fiestas y por la que guardan prisión preventiva en Madrid, desde hace cuatro meses, tres jóvenes del pueblo; o que haya vuelto a denegar la prisión atenuada al preso político vasco Ibon Iparragirre, gravemente enfermo y que de nuevo ha sido asaltado y agredido en la cárcel madrileña de Alcalá; o que siga manteniendo secuestrada en Valencia a la presa política vasca Sara Majarenas que hace tres años debió quedar en libertad por haber cumplido las dos terceras partes de su condena tal y como dicta la ley que ese tribunal dice representar; o que la misma Audiencia niegue el derecho de Izar, hija de Sara y de apenas 3 años, acuchillada recientemente por su padre biológico, a estar con su madre.

Lo peor es que frente a la insensata y miserable provocación del gobierno español a través de su Audiencia Nacional haya quien se declare sordo, quien se confiese ciego y quien, además, todavía le reproche al pueblo vasco el amor que no le guarda a España.

(euskal presoak-euskal herrira)