¡Qué joder!

Eso que llaman “España” ha llevado a la justicia, acusados de injurias, a tres humoristas catalanes por una parodia de la Virgen del Rocío. Puesto a buscar agravios yo no conozco afrenta más soez para la venerada que el tenido por el “salto de la reja de Almonte”, en el que miles de fervientes devotos se disputan a hostias el místico goce de tocar el manto de la “blanca paloma”. Es una emoción indescriptible, cuentan los mamporreros que han hecho de este patético espectáculo su mejor expresión religiosa

y que todos los años reiteran para dejar constancia de su fe.

Quien no era blanco ni palomo era el negro Cristo de Lepanto de la catedral de Barcelona, la imagen más adorada tras “la Moreneta”. Así fue hasta que, recientemente, nos enteramos que el cristo negro era blanco. Un siglo sin que nadie le pasara un paño a la imagen lo convirtieron en “el Moreneto de Lepanto”.

A España la sigue retratando Valle-Inclán cuando en sus “Luces de bohemia” ya se dolía de un “pueblo miserable que transformaba todos los grandes conceptos en un cuento de beatas costureras que disecaban el gato cuando se les moría y cuyo cielo era una kermés sin obscenidades a donde, con permiso del párroco, asistían las hijas de María”.

Cien años después, aquella España sigue detrás como pesadilla pero también delante como amenaza.

(Preso politikoak aske)

Llamado a los votantes

Quiero aprovechar esta columna para apelar a votantes del PNV a que, esta vez, se lo piensen seriamente antes de volver a las urnas, porque no todos los votantes van a poder acceder a una subcontrata, no a todos se les va a poder montar un txiringuito, ni van a poder contar con puertas giratorias hacia bancos y energéticas, o beneficiarse de fraudes en OPES de Osakidetza, en vertederos, metros, trenes de alta velocidad e incineradoras. Como diría Aitor Esteban, que no desperdicien su voto porque luego no hay ocasión para el arrepentimiento.

Y como también apunta el portavoz del PNV en el Congreso, viene a ser casi lo mismo votar al PNV, que al PP, al PSOE o a VOX, que razón no le falta, reitero el llamado para que esos votantes indecisos que todavía no saben a qué agencias de empleo acudir y en cuáles negociar sus votos, se decidan por corromperlos con quienes mejor les mientan un ajuste en la nómina o que, simplemente, se abstengan.

En EHbildu no los queremos, no aceptamos esos votos, no nos interesan, no son nuestros votos.

En EHbildu queremos votos que apuesten por la vida y la convivencia, votos amasados por mujeres y hombres de una Euskal Herria feminista, trabajadora y euskaldun que busca labrarse un futuro socialista e independiente. Egingo dugu!

(Preso politikoak aske)

A cuenta de perdones

Sorprende que un pueblo como el español, tan devoto de la religión que profesa y habituado a comulgar con el perdón y a recitarlo a coro, aún siga empecinado en la creencia de que el perdón no es virtud de ida y vuelta sino una impagable deuda que Dios y el mundo tienen contraída con España.

De ahí que siga reprochando a los vascos que no pidan perdón por ese cerril empeño en seguir siendo vascos; y a los torturados, que se disculpen por denunciarlo; a los asesinados por negarse a delatar su vida, y a las cunetas perdón por su memoria; y que los emigrantes pidan perdón por serlo, las mujeres por pretenderlo y los ateos por practicarlo; que los accidentes laborales pidan perdón por sus mortales imprudencias y los millones de parados por su notoria afición a la indolencia; que pidan perdón los jubilados por evadir sus años de trabajo, los desahuciados por ocupar esquinas y portales, y los jóvenes por su notoria desconfianza en las promesas del futuro que se les miente y niega; que pida perdón el clima por sus veleidosos cambios, las vacas por sus locuras, las aves por sus gripes, los elefantes por extinguirse, los pangolines por los coronavirus y los toros por los toreros muertos.

Por si acaso, mis disculpas por esta imperdonable columna.

(Preso politikoak aske)

¿Y si fuera mentira?

A veces pienso que el cambio climático es un “fake new” puesto a rodar por los de siempre, esos que se oponen al progreso y añoran la caverna. Lo pienso porque, si fuera cierto, los privilegiados cráneos que rigen los destinos de este gran mercado ya habrían puesto fin, hace rato, a la devastación del planeta y al expolio de sus recursos, conscientes de que no tenemos otro al que mudarnos, ellos tampoco.

El que sea una mentira explicaría que ante el deshielo de los polos, por ejemplo, se festeje la apertura de nuevas rutas comerciales por el Ártico; que ante el riesgo de algunas energías, como la nuclear, Europa le extienda un certificado verde; que ante la certeza de que la sequía llegó para quedarse, sigamos regando los campos de golf; que ante la inminencia de un tórrido y pirómano verano, no se contraten más guardas forestales y bomberos; que ante el aumento de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, celebremos el auge del turismo.

Si fuera cierto el cambio, nuestras autoridades, que no son gilipollas, no estarían malbaratando millonarios recursos en trenes de alta velocidad, incineradoras o metros imposibles, sino en cómo empezar a hacer habitable este pedacito de tierra para quienes estén naciendo ahora.

(Preso politikoak aske)