A punto de mandar todo a la mierda

(Dedicado a mis hijas)

El lunes llega y pasa y no te enteras,

por eso el martes viene y no te acuerdas

que ya estamos a miércoles y tienes

la extraña sensación de que fue jueves

y hoy es viernes y estás contra las cuerdas.

Los sábados te duele la cabeza.

¡Por fin llega el domingo y también llueve!

¿Será el azar? ¿Será la mala suerte?

¡A punto de mandar todo a la mierda!

Quedamos a las cinco y me recuerda

que quedó en recogerme a menos veinte.

Le digo que no estoy en la vivienda,

que aún me quedan veinte vainas pendientes,

que está lloviendo y yo sigo en la calle.

Le ruego que no ladre, que no muerda.

¡Haberme dicho entonces que era urgente!

¿Será un error? ¿Tal vez un accidente?

¡A punto de mandar todo a la mierda!

El móvil se quedó sin batería

y ni siquiera sé la contraseña.

Yo me vuelvo a poner la mascarilla

y olvido el cambio encima de la mesa.

Tampoco tengo a quién echar la culpa,

ni argumento que valga en mi defensa.

Su eminencia no tiene más preguntas.

¿Será el destino, el karma, la ventura?

¡A punto de mandar todo a la mierda!

Y vuelvo a casa y me derrumbo muerta,

ni el gato quiere hacerme compañía.

Parece que el de hoy no es un buen día.

No hay nadie al otro lado de la puerta.

Mejor será que apague y que me duerma,

que lave esta memoria con lejía

y que el tiempo se encargue de las quejas.

¿Será que no será sin compañía?

¡A punto de mandar todo a la mierda!

(Preso politikoak aske)