No son emigrantes ni refugiados ni indocumentados

Cada vez que un nuevo naufragio pone en evidencia esos principios éticos de los que suele alardear Europa, los grandes medios de comunicación se conduelen de las tantas vidas perdidas, de las familias rotas, del drama que supone aventurarse en el mar Mediterráneo cuando no es a bordo de cruceros sino de coyucos y pateras.

Hay, sin embargo, un aspecto que pasa desapercibido entre tantas hipócritas crónicas y que explica con dolorosa exactitud el trasiego de embarcaciones atestadas de africanos rumbo a Europa, y ese matiz al que los medios no acostumbran a hacer referencias es que esos emigrantes son nuestros invitados, son la directa consecuencia de las políticas colonialistas que seguimos aplicando a países que usamos como vertederos de residuos tóxicos o a los que hemos arruinados sus campos y costas, saqueado sus recursos naturales, y a quienes quitamos y ponemos gobiernos y les trazamos nuevas fronteras en función de nuestros intereses.

Cada vez que en nombre del progreso, con nuestra indiferencia o nuestros votos, llevamos la guerra a Siria, a Libia, a Palestina… estamos invitando a Europa a quienes hemos despojado de bienes y derechos, pero no como emigrantes, refugiados o indocumentados sino como nuestros invitados.

(Preso politikoak aske)