Más mata la televisión

En esa reñida competencia por ver quien se hace con el título de generar más violencia entre nuestros menores, y al margen del primer premio que, sin competencia, se lo lleva el modelo social en uso, más que las redes mata la televisión.

Matan canales como TEN, de la parrilla Movistar, en el que casi toda la programación se centra en series sobre asesinatos, con un rancio toque documentalista, de 16 capítulos y 45 minutos cada serie, fabricadas en EEUU y UK. Puede ser devastador su efecto en la orfandad y el ruido de muchas cabezas adolescentes.

El título de la serie define el tipo de crimen. Estos son los títulos de algunas series:

“Asesinato en vacaciones. Millonarios asesinos. Trabajadores asesinos. Super amigos asesinos. Parejas asesinas. Curas asesinos. Mujeres asesinas. Hermanos asesinos. Recién casados asesinos. Asesinos y misterios en la familia. Matanza familiar. Accidentes, suicidios o asesinatos. En la mente del asesino en serie. La firma del asesino en serie. Licencia para matar: Médicos asesinos. Bomberos asesinos. Enterrados en casa. Enterrados en el jardín. Enterrados en el bosque. Casos de crímenes. Viviendo con un asesino. Asesinos de América. Cuando los muertos hablan. Un asesino en el trabajo. Seducción mortal. Mentes criminales…”

(Preso politikoak aske)

Papanatas

El pasado sábado, el canal 24 horas de TVE, entre otros cintillos con información pasaba uno que me dio vergüenza… vergüenza ajena para ser preciso, al constatar, una vez más, como esta sociedad, mediocridad mediante, persiste en el empeño de guardar lealtad a su más patético y legendario esperpento. Hablamos de una sociedad conformada en su mayor parte por papanatas, esa especie que, interesada, raya en la candidez más desoladora para poner a buen recaudo lo pusilánime de su grito de guerra.

“Se reafirma el principio estadounidense de que nadie está por encima de la ley”. Se deduce, en consecuencia, que el `principio ético que establece que nadie esté por encima de la ley es un principio estadounidense, y me pregunto si sabrán estos tristes palmeros del maldito sueño “americano” que el “principio estadounidense” que reverencian, algunos “fascisnados”, ya existía mucho antes de que existieran los Estados Unidos. ¿Sabrán que ese “principio”, así sea como enunciado, hace siglos que ha sido y sigue siendo principio universal de convivencia en cualquier sociedad que se respete, insisto, así sea como enunciado? Hasta el emérito español me daría la razón.

Ahora entiendo el extraordinario éxito de Taylor Swift, con sus grammys circulando por Madrid, acompañada de un centenar de enormes camiones trasladando miles de toneladas de equipo y cientos de profesionales, para una maravillosa puesta en escena, que contó con un espectacular despliegue de luces y un vistoso manejo del color, así como con más de veinte cambios de vestuario, y eso sin entrar en los millones que deja y que se lleva de beneficio, y que en todos los espacios informativos, humorísticos, deportivos, meteorológicos, concursos… se dio cobertura informativa al espectáculo de los dos días y los previos, celebrando reiteradamente a la cantante y productora.

Ahora lo entiendo todo pero, a propósito, ¿alguien habló de música? Yo, hablo de papanatas.

(Preso politikoak aske)