El cuento de la lechera

Ocurrió en el 2007 y en Azkoitia. Un día, el ayuntamiento de la ciudad, en manos del PNV, se despertó ocurrente, y como era obvio que la entrada a la ciudad por Azpeitia resultaba deprimente, llena de empresas que afeaban la ciudad, decidió trasladarlas a la otra punta de Azkoitia que, al parecer, no tenía porqué ser tan hermosa, y construir ¡500! viviendas. A 300 mil euros cada una, sacaba las cuentas la lechera… ¡Bingo! ¡150 millones de euros!

Con el cántaro de su proyecto en la cabeza anduvo el ayuntamiento dos años, sin haber trasladado a las empresas afectadas ni tampoco iniciado su colosal proyecto inmobiliario. Y con el cántaro de su proyecto en la cabeza seguía la lechera, cuatro años más tarde sin haber puesto un ladrillo ni movido una empresa, además de unas arcas vacías y una deuda próxima a los 12 millones de euros.

“A grandes males, grandes remedios” volvieron a tener otra ocurrencia. El pago a las empresas lo harían efectivo con parte de las viviendas que no habían construido y que, para seguir cuadrando números, decidieron que fueran ¡700!

Siguió pasando el tiempo y, quebradas casi todas las empresas y en la calle sus trabajadores sin haber cobrado indemnización alguna, a la lechera, finalmente, se le cayó el cántaro derramándose la leche. Al perder las elecciones la lechera dejaba en manos de un nuevo gobierno municipal (BILDU) la solución de este millonario desvarío, junto a otros despropósitos y deudas.

El actual ayuntamiento de Azkoitia, que ha reducido en menos de 4 años a la mitad la deuda acumulada por años de gobiernos del PNV en proyectos como el que nos ocupa, ha llegado a un acuerdo con las empresas afectadas, satisfactorio para todas las partes, que posibilita que los trabajadores de estas empresas,  parte de las cuales actualmente han  desaparecido, puedan cobrar sus  indemnizaciones. El acuerdo también contempla que el ayuntamiento no tendrá que responder   a los 11 millones de euros , más los intereses acumulados desde el 2007 pendientes, ni que hacer frente  a la ruina que supondría  embarcarse en  un insostenible macroproyecto.

Y sí, es verdad que esta historia se parece mucho al cuento de la lechera, pero observando una diferencia que no debemos pasar por alto. Y es que, en el cuento de la lechera es ella la que paga la leche derramada, y en este otro cuento aquellos delirios de grandeza los termina pagando Azkoitia.

(Euskal presoak/Euskal etxera)

39 años después

-¡J-1 llamando a Charly…! ¿Me escuchas Charly?

-¡Adelante J-1…cambio!

-Parece ser que las víctimas del 3 de marzo de 1976 en Vitoria también quieren que se les considere víctimas del terrorismo… ¿Qué hacemos Charly?

-¿Cómo que qué hacemos J-1? Nosotros no tenemos que hacer nada. Ya hicimos nuestro trabajo entonces y, por cierto, lo hicimos “a tope, a mansalva, sin duelo de ninguna clase”. Dos mil tiros, cinco muertos, 78 heridos… contribuimos “a la paliza más grande de la historia”. ¿De qué víctimas me hablas? Cambio.

-Bueno… tú sabes Charly, de las familias  de esos muertos, de esos heridos. Al fin y al cabo hay quien dice que a la lucha de esas víctimas de entonces debemos esta democracia de ahora…Cambio.

-Vamos a ver J-1… ¿Tú has bebido algo? Nuestro trabajo consiste en producir víctimas, no en homologarlas. De la denominación de origen se ocupan los políticos, y esas víctimas tienen casi 40 años reivindicando su condición inútilmente y nada hace pensar que se les vaya a reconocer ahora lo que se les ha negado siempre. Cambio

-De acuerdo Charly, de acuerdo.

-Además J-1, las víctimas de terrorismo reciben ayudas económicas, reconocimientos públicos, primeras páginas, audiencias reales, medallas de Navarra… y a mayor circulación de víctimas mayor depreciación de las subvenciones.

-No entiendo Charly… ¿Puedes repetir? Cambio.

-Que aquí no hay más víctimas que las del Partido Popular, las del Partido Socialista… ¿Me entiendes ahora? Imagínate que también quieran ahora las demás que se les reconozca como víctimas del terrorismo, todas las víctimas del franquismo, del postfranquismo, del neofranquismo… No alcanzaría el presupuesto nacional para pagar compensaciones a los damnificados por nuestro… trabajo. Cambio.

-Entendido Charly… me dispongo a comunicárselo a J.2 y J.3. Yo lo decía porque como las víctimas del 3 de Marzo de 1976 no eran terroristas, ni tampoco del entorno o del umbral, ni ecologistas en bicicleta, ni periodistas, ni carlistas de Montejurra, ni políticos sospechosos…sino trabajadores, pensaba que igual era diferente. Cambio.
-Oye J-1, hay otro problema al margen del mangoneo y es que si aceptamos que los muertos y heridos de Vitoria también son víctimas del terrorismo, también habrá que preguntarse por sus victimarios… ¿Comprendes? Cambio.

-No del todo…

-Digo que si asumimos que detrás de cada víctima hay un terrorista… ¿qué quieres entonces? ¿Qué sometan por terrorismo al propio Estado? ¿Qué la justicia aplique todo su rigor sobre quien siendo ministro de Interior entonces,  bajo el alegato de que la calle era suya, dio luz verde a la paliza más grande de la historia?

-Y como quiera van a llegar tarde para enjuiciar a Fraga Iribarne.

-Pero no para llevar a los tribunales a todos los que desde el Estado han administrado las cloacas y siguen a su gobierno.

-Entiendo Charly…estaríamos. de darse el caso, frente a la vergüenza más grande de la historia. Cambio.

-Así es J.1, y hasta nosotros iríamos presos. Así que haz el favor de desalojar y  dispersar aunque sea a tiros cualquier inquietud de tu cabeza y recuerda que no se nos paga para pensar sino para proceder. Cambio.

-De acuerdo Charly, entendido. Cambio y fuera.

(Euskal presoak/Euskal etxera)