Por los caminos de España la Armada Invencible marcha, y con ella marciales desfilan Felipe II, los duques de Alba, el Gran Capitán, el Cid Campeador, también Juan de Austria, bajo el estandarte de Piolín, mientras el pueblo, henchido de patria, desde las aceras, aplaude y despide a la invencible armada, a los acordes de un grito que es clamor en toda España: ¡A por ellos, oe… a por ellos, oe….! ¡Yo soy español, español, español…! ¡Que vivaaa Españaaaaaaa!