Por ser mujer

En estos días, en Valencia, un juez consideró como atenuante para un abusador sexual que la denunciante hubiera asistido siendo niña a clases de teatro en la escuela, lo que le habría servido para “dramatizar su declaración”, que así de pernicioso es el teatro y de perversa la mujer.

Años atrás, en Granada, otro juez absolvió a un hombre acusado por su mujer de insultos, agresiones y amenazas porque los hematomas de la mujer “no estaban suficientemente esclarecidos” y porque, además, no le pareció creíble la “excesiva parquedad de la denunciante y su escasísima pasión y grado de convicción”. Días después, aquella mujer, Rafaela Rueda, era asesinada a golpes de azada por su marido, otra vez detenido pero ya no por amenazas contra una mujer parca y poco apasionada y convincente sino por el asesinato de un cadáver elocuente.

Por ser parca o locuaz, por dubitativa o convincente, por insumisa o por obediente… Por ser mujer es que se la discrimina, se la viola y se la mata con la connivencia de una justicia capaz de convertir un intento de asesinato en “maltrato ocasional” o definir como regocijante la violación de una manada. Mientras para las mujeres no haya justicia no habrá justicia para nadie.

(Euskal presoak-euskal herrira/Llibertat presos politics/Altsasukoak aske)

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