De Fátima a Río

Ya ni siquiera las apariciones de la Virgen son como las de antes, cuando invitaba a unas jóvenes zagalas a sus presentaciones y elegía bucólicos parajes, casi siempre en Europa, junto a un arroyo cristalino y un frondoso árbol donde construir años más tarde una ermita y un hotel.

Hoy ni la Virgen es la Virgen. Ahora es Jesucristo en persona el que se aparece pero ya no en Europa sino en Brasil; y tampoco a sencillas zagalas sino a famosas pastoras, así sean de almas y evangélicas.

Tenía diez años Damares Alves y, al parecer, pensaba suicidarse cuando advirtió que Jesús la miraba desde lo alto de un guayabo. Ella se alarmó porque “él podría hacerse daño”, así que soltó el veneno con el que iba a matarse y también se subió al árbol. Entonces, Jesús se puso a llorar. Así lo contó ella.

Desde hace unos días aquella pastora también es ministra de Familia y Derechos Humanos del país y desde arriba del guayabo anuncia sus políticas: “El aborto es muerte”, “las mujeres nacieron para ser madres”, “la ideología de género es muerte”, “la biblia debe estar en la escuela”, “la eutanasia es muerte”, “los niños son azules y las niñas rosas”…

Jesús sigue llorando. No encuentra el veneno que soltó la niña.

(Euskal presoak-euskal herrira/Llibertat presos politics/Altsasukoak aske)