En la República Dominicana hubo elecciones hace algunos muertos y días, los mismos que duran las algaradas y protestas por el fraude y a la espera de que la Junta Central Electoral finalice los recuentos, también sus cuentos, mientras toda la oposición insiste en la necesidad de que se celebren nuevas elecciones.
Al PLD, partido en el gobierno, se le fue la mano, las dos manos, y al fraude habitual que supone el uso de los recursos del Estado o la alteración del censo electoral, agregaron la compra de cédulas, el secuestro de urnas a cargo de militares y simpatizantes, el extravío de boletas, el incendio “accidental” de votos y voluntades, la expulsión de delegados, las sumas imposibles… Y todo ello, más otras defraudadoras habilidades que omito para no aburrirles y en las que este gobierno y los que le precedieron han sido contumaces expertos, llevado en esta oportunidad a su máxima expresión. Solo les faltó rotular la oficina que para la compra de adhesiones tienen instalada en el propio Palacio Nacional y anunciarse en los medios y, seguro estoy, que si no lo han hecho no ha sido por la existencia de algún insólito escrúpulo sino, simplemente, porque no se les ocurrió,
En magnánimo gesto, Danilo Medina, el mismo que jurara que en ningún caso pensaba reelegirse hasta que, todo por la patria, cambiara de opinión, ha anunciado a la oposición que no va a perseguirla, que así de generoso es el nuevo y viejo presidente.
Y si quiere saber algo más al respecto le recomiendo que no pierda su tiempo buscando un canal de televisión que le ilustre o uno de esos grandes medios de papel que lo ponga al tanto. Mejor busque en Internet. A la espera de un tsunami, de un terremoto o de un huracán, la única república americana que actualmente existe es la venezolana.
(Euskal presoak-euskal herrira)