¿Y de dónde es que son?

(Para Tali Feld Gleiser)

Se que a mis habituales compañeros de mesa en la residencia de ancianos les llaman la atención mis dos pulseras. Una era de mi hermana Mey y, tras su muerte, me la puse. Junto a ella llevo otra pulsera de diminutas bolitas que alguna vez fueran verdes y naranjas, regalo de mis hijas, para seguir andando con ellas de la mano.

Nunca me han comentado nada en cualquiera de las tres veces al día en que nos sentamos juntos a comer pero me consta que mis dos pulseras, si no de comentario, han sido motivo de reflexión alguna vez.

Hoy que me puse la tercera no se pudieron contener. Tali, una gran amiga, dejó olvidada en su última visita una hermosa pulsera hecha a base de pequeñas banderas palestinas y, ya que Tali no ha vuelto este verano, me he decidido a darle uso a su olvido.

-¿Y esa bandera de dónde es? -preguntó Celestino.

Cuando respondí que las banderas eran palestinas Celestino no dijo nada. Dejó pasar el rato y, finalmente, se atrevió a salir de dudas.

-¿Y por qué la llevas?

-En recuerdo de una amiga judía.

(euskal presoak-euskal herrira)

Desolación educativa

Lo decía Simón Rodríguez hace más de dos siglos: “Enseña y tendrás quien sepa; educa y tendrás quien haga”. Y aquí estamos nosotros, dos siglos más lejos.

Sabemos contra quien debutó Sandy Koufax con los Dodgers de Brooklyn y conocemos todas las propiedades de la baba de caracol… pero nadie sabe qué hacer ante un corazón roto.

(euskal presoak-euskal herrira)