“Llega tarde… llega tarde… llega tarde…”. Los que nunca se mueven reiteran su vieja letanía en los parlamentos y en las tertulias de los medios tras el anuncio de disolución de ETA la semana pasada en Kanbo. También llegó tarde la renuncia de ETA a la lucha armada, la entrega de armas, el reconocimiento del dolor causado… pero la paz no llega como si fuera la primavera, un autobús de línea, el viernes por la tarde o las doce uvas de fin de año. La paz no llega así, sin más, la paz se hace, se crea. Y la construyen quienes son capaces, porque la desean, de dar los pasos necesarios que la hagan posible, así la paz que resulte delate sus carencias o muestre sus penurias porque la paz precisa del aporte de todos y los hay que siguen negándose a aceptarla. Por ello hay quienes hoy la aplauden y encuentran en la paz una indispensable compañía en la construcción del futuro de Euskalherria que hay que seguir cuidando y atendiendo. Por ello, también, hay quienes la niegan y se empeñan en seguir provocando la violencia persiguiendo urnas, reprimiendo derechos o convirtiendo en terrorismo una bronca de bar de un pueblo en fiestas.
“Llega tarde… llega tarde… llega tarde…”. ¿Hay alguna paz que llegue pronto?
(Euskal presoak-euskal herrira/Llibertat presos politics)