Habemus año y, además, nuevo, porque si una palabra se repite en los titulares, así vengan servidos en las cenas o desde las pantallas, esa palabra es “nuevo”. “Nuevo” no tiene porqué ser bueno ni tampoco verdad, solo es el adjetivo líder en todas las listas navideñas.
Y es que es nuevo el viejo tribunal, como son nuevas las alzas reiteradas de precios, las nuevas medidas en los aeropuertos, los nuevos controles en todas las fronteras.
“¿Estamos ante una nueva guerra fría?” “¿Nos enfrentamos a una nueva variante del virus?”, “¿Se deben implementar nuevas dosis, nuevos modelos, nuevos confinamientos? ¿Necesitamos nuevos protocolos y vacunas?
Y es nueva la colonia de todos los años mientras Ronaldo anuncia su nuevo fichaje por un equipo saudí y Lahoz protagoniza un nuevo show con el pito en la boca, y hay nuevos despidos y nuevas protestas y hay nuevos detenidos y nuevos desahucios y nuevas las evidencias que el nuevo juez evaluará en su día, según disponga el nuevo tribunal… y una nueva mujer asesinada y otra nueva mujer asesinada y una última hora con que se cierra el año con una nueva mujer asesinada. ¡Ser mujer sigue costando la vida!
Ahora que ya nos comimos las uvas, en confianza, lo peor del año viejo es que no termina.
(Preso politikoak aske)