Una pregunta

Yo soy el primero en celebrar que el día haya madrugado entre campanas repicando glorias, fuegos artificiales y banderas y suelta de palomas y comparsas y bailes regionales y vistosos desfiles de carrozas, pero tengo una pregunta que quiero me contesten.
Y que conste que me parece muy bien que, a su llegada a Madrid, haya sido paseada la selección española de fútbol por la capital del reino ante el clamor de un eufórico pueblo y recibida en la Moncloa, y en la Casa Real por sus altezas, y hasta en el parlamento, pero tengo una pregunta que ansía una respuesta.
Y también comparto la feliz idea de que, en los próximos días, los integrantes de la balompédica epopeya sean agasajados como bien se merecen por todos y cada uno de los ayuntamientos y homenajeados por sus autoridades y declarados hijos predilectos de su ciudad natal, pero tengo una pregunta que me quema los labios.
Y estoy de acuerdo en que en las próximas semanas no haya otra portada, otra noticia, reportaje o tema de conversación que no celebre el título mundial, y que, así tengan que prescindir de sus merecidas vacaciones, puedan nuestros insignes campeones firmar autógrafos en las filas del INEM entre la millonaria selección de parados, visitar cárceles y hospitales, centros de jubilados, clubes de hipotecados e, incluso, trasladarse a esos confines del mundo donde tropas españolas desarrollan humanitarias y pacíficas misiones para fundirse en un agradecido abrazo con tantos seguidores de la roja, pero tengo una pregunta que necesito hacer.
¿Cuándo es que empieza el próximo mundial?