Cancionero lumínico dominicano

Un día y otro día y otro año y otro más… seguimos de apagón en apagón.
Hace quince años Leonel Fernández le declaró la guerra a los apagones. Escribí entonces en El Nacional una muy personal versión de semejante declaración de guerra que hoy os invito a seguir cantando, junto a varias letras que escribí más tarde como parte de una antología bolérica-lumínica que también adjunto.

Guerra a los apagones

Leonel se fue a la guerra
que apagón, que apagón, que pela,
Leonel se fue a la guerra
la luz cuando vendrá
que do-re-mi, que do-re-fa,
la luz cuando vendrá.
Vendrá para Año Nuevo
que apagón, que apagón, que tedio,
para el otro milenio
la luz cuando vendrá
que do-re-mi, que do-re-fa
la luz cuando vendrá.
Ahí llegan nuevas plantas
que apagón, que apagón, que karma,
de Francia y Alemania
la luz cuando vendrá
que do-re-mi, que do-re-fa
la luz cuando vendrá.
Sin luz tampoco hay agua
que apagón, que apagón, que vaina,
sin luz tampoco hay agua
la luz cuando vendrá
que do-re-mi, que do-re-fa
la luz cuando vendrá.

Cancionero Bolérico-lumínico

En la vida hay facturas que nunca debieran pagarse
las facturas que manda Edenorte y manda Edesur,
compañías que cobran servicios a precios muy caros
y que encima de lo que te cobran te dejan sin luz.
He pensado robarme el servicio sólo pa empatarme
porque a más de perder mi dinero pierdo la razón
pero yo no soy un delincuente que estafe a la gente
ofreciendo prestar un servicio que luego no doy.
Cuantas noches de insomnio por culpa de los apagones
sin la brisa de un simple abanico que ayude a dormir
padeciendo el acoso y derribo de tantos mosquitos
y sudando lo que no está escrito y me niego a decir.
Sólo sé que si siguen cobrando más a los que pagan
y además ni siquiera nos cumplen con lo que nos dan
no va a haber un pendejo que siga haciendo el pendejo
e inevitablemente…tendrán que cerrar

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No sé tú, pero yo, ya no pago la luz,
porque estoy cansado de Edesur,
de sus alzas, sus facturas,
del servicio tan infame que nos da.
Hoy no hay luz,
pero yo la he comenzado a extrañar,
en mi almohada no la dejo de pensar,
con la gente, mis vecinos, en la calle, sin testigos.
Hoy no hay luz, pero yo la busco en cada amanecer
mis deseos no los puedo contener, en las noches cuando duermo
si de insomnio yo me enfermo,
me hace falta, mucha falta y hoy no hay luz.

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Dicen que al que no paga se le apaga
pero yo no comprendo esa razón
porque aunque yo la pago y pago cara
me tienen de apagón en apagón.
Volvieron a subir el kilovatio
me cobran lo que gasto y lo que no
y por más que reclame mis derechos
sólo recibo a cambio otro apagón.
Hoy mi inversor no tiene baterías
me dicen que me debo aguantar
soy un pendejo más sin energía
y no hay nadie a quien yo pueda apelar.
Cuando la luz del sol se esté apagando
y tú dependes sólo de Edesur
a uno se lo lleva el mismo Diablo
porque llegó la noche y hoy no hay luz.

– – – – – – – – – –
La luz es la culpable, de todas mis angustias
y todos mis dolores,
la luz llenó mi vida de oscuras maldiciones
y negros apagones.
La luz que Edesur cobra pero que no me sirve y yo debo pagar,
y pago aunque no quiera, esclavo de las sombras, ya vale de abusar.
No jueguen con mis cuartos, ni fuñan mi descanso, que es lo único que tengo.
Si pago la factura por qué cojollo entonces no me cumple Edesur. La luz me desesperaaaaa, me mata, me enloquece, y hasta la vida diera por tener derecho a prender la luz.

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(Para mejor interpretar los siguientes boleros lumínicos, consígase un bombillo, tómelo en sus manos, y con toda la ternura de que sea capaz, cual Hamlet que recita aquello de «To be or not to be», cante entonces, con sus ojos de cordero degollado fijos en el bombillo, los renovados boleros que les propongo).

Te extraño,
como se extraña en la noche el abanico,
como se extraña la luz y su servicio
no estar contigo por Dios que me hace daño.
Te extraño
cuando trabajo, cuando lloro, cuando río,
cuando el sol brilla, cuando hace mucho frío,
porque te pago y sueño que eres mio.
Te extraño
como los árboles extrañan el otoño
en esas noches que no concilio el sueño
no te imaginas, amor, como te extraño.
Te extraño
en cada paso que siento solitario
cada momento que estoy viviendo a diario
estoy muriendo sin luz porque te extraño.
Cuando Edesur nos manda sus facturas
sus apagones y todas sus excusas
por lo que quieras, no sé,
pero te extraño.

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Sin ti
no podré vivir jamás
y pensar que nunca más
estarás junto a mi.
Sin ti
que me puede ya importar
si la luz debo pagar
y está lejos de mi.
Sin ti
no hay clemencia en Edesur
la esperanza de mi luz
te la llevas al fin.
Sin ti
es inútil vivir
como inútil será
el quererte olvidar.