Sueños y pesadillas

Para quienes todavía no tengan clara a la hora de acostarse las diferencias que hay entre disfrutar unos dulces sueños o padecer unas amargas pesadillas, las cuentas anuales presentadas por Inditex, el obsceno negocio vinculado a la ropa de Amancio Ortega, le pueden sacar de dudas. Anjel Ordóñez hacía antier en Gara referencia a esa empresa y a esas cuentas: ventas por valor de 23 mil millones de euros; más de 7 mil tiendas; más de 160 mil personas empleadas. Cada minuto que pasa Ortega gana 2.380 euros. Es decir, que cada mañana que el millonario gallego feliz despierta en su mansión después de ocho horas de reparador descanso, sus sueños le han producido más de un millón de euros. Exactamente, según sus propias cuentas, 1,142.400 euros por dormir. Eso son sueños.

Las niñas que trabajan en miserables condiciones para Amancio Ortega en las plantas textiles de India, Bangladesh o Marruecos pueden llegar a ganar un euro por hora trabajada, menos de medio céntimo por minuto al día. Es decir, que cada noche que agotadas regresan a sus casas y, finalmente, se acuestan, siguen debiendo todo, hasta el catre en el que se derrumban. Eso son pesadillas.

Mientras los sueños de algunos acunen las pesadillas de todos nadie debiera dormir.

(euskal presoak-euskal herrira)