Consejero de Salud desmiente rumores

El Consejero de Salud del Gobierno Vasco ha desmentido los rumores que apuntan a la sopa de tapioca como responsable de la pérdida de libido y déficit de testosterona entre los ingresados en las residencias de ancianos del País Vasco. La sopa de tapioca es cena habitual en muchas de esas residencias y se ignora el origen de los citados rumores que, por cierto, también achacan a esa sopa el aumento de brotes psicóticos entre los ancianos residentes, aunque no haya, de momento, indicios que respalden semejantes creencias ni tampoco constancia de los citados brotes. Tampoco serían las únicas consecuencias que en la salud provoca la sopa de tapioca, según han difundido rumores sin fundamento que insisten en que su consumo está relacionado con la psoriasis y la rinitis. El consejero vasco también ha rechazado, mientras no se desarrollen las investigaciones pertinentes, posibles vínculos entre el consumo de la sopa de tapioca y el auge en las residencias de ancianos de la dispepsia, la osteoporosis, el botulismo, la bulimia, la amenorrea y la chikungunya, auge que, no obstante los rumores, sigue sin acabar de confirmarse, a la vez que el consejero de Salud desmentía la posible prohibición para consumo humano y animal de la sopa de tapioca y que, en ese sentido, esté actualmente Osakidetza elaborando un informe al respecto recomendando su erradicación.

(euskal presoak-euskal herrira)

¡Viva el cambio climático!

 

Si estuviéramos a primeros de agosto con temperaturas bajo cero y anduviéramos con bufandas, botas y abrigos, quiero creer que maldeciríamos el tiempo y, hasta es posible, que acabaríamos entendiendo lo que significa el cambio climático exigiendo a nuestros gobiernos respuestas inmediatas ante la hecatombe que se nos viene encima, pero estamos en noviembre camino de las playas y celebramos los veintitantos grados con el mismo entusiasmo con que hacemos votos porque siga el “buen tiempo”. Los hay que hasta encuentran en el cálido clima invernal que en lugar de preocuparnos nos alegra, la oportunidad de extender los negocios y aumentar las ganancias, agregando a la típica canasta navideña helados que compartan espacio con los turrones. Los grandes medios, expertos en crear alarmas donde no hay motivo para ello, pasan en este caso de puntillas, sin hacer ruido, con tiempo hasta para el humor convirtiendo en sección fija de sus informativos el desfile frente a sus micrófonos de toda clase de ciudadanos felices por andar en noviembre en sandalias y que ya planifican su veraneo de navidad. Los Reyes Magos en lugar de cabalgar sobre camellos lo harán sobre tablas de surf y el Olentzero sustituirá su camisola negra por un traje de baño. Yo ya he escrito mi carta y solo quiero una cosa: una mecedora. Nada más recomendable para mecer mis carcajadas cuando comiencen a sentirse con mucha más intensidad las consecuencias de nuestra irresponsabilidad e ignorancia, y los mismos que hoy renuevan sus esperanzas en quienes nos han conducido a este desastre, comiencen a llorar. Lástima que entonces no tendrán las cámaras delante para recoger sus impresiones.

(euskal presoak-euskal herrira)

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