Mi más enérgica repulsa ha sido mi repulsa más enérgica. Y lo ha sido, al menos, desde que expresé mi condena más rotunda, aproximadamente, algunas enérgicas condenas antes de que manifestara mi más fuerte repudio y mi más vigoroso rechazo, hasta el punto de que ya no sé si mi más enérgica rotunda es más repulsa que mi más firme vigorosa.
Y todo por no haber sido capaz de manifestar mi más enérgica repulsa…
Lo que no acabo de recordar es por qué.