De cada 3 calzoncillos, 2,4 son blancos y sólo el 3,9 por ciento son amarillos.
Únicamente el 5,8 por ciento tienen cuadros y dos de cada cien son transparentes.
No existen calzoncillos rosados con encajes bordados en lila y 3 de cada 7 son de importación.
El 80 por ciento de los calzoncillos de espuma son verdes y el 100 por ciento de los calzoncillos de franela no son de lana.
Apenas 4 de cada 9 calzoncillos carecen de hilachas y, aproximadamente, el 67 por ciento observan rotos y residuos permanentes.
El promedio de vida de un calzoncillo en Minnesota apenas sobrepasa el año, mientras que en Filadelfia y Cincinati el 12 por ciento es bilingüe.
No se dispone de datos sobre la incidencia de la gonorrea en los calzoncillos de algodón, pero se supone alrededor del 56 por ciento los diagnósticos escasamente confiables.
En el primer mundo nueve de cada 10 calzoncillos son sustentados y sustentables, mientras que en Biafra y Sierra Leona sólo uno de cada cinco mil dispone de marco conceptual.
La fluctuación de un calzoncillo en el índice Dow Jones oscila de moderada a violenta en el 40 por ciento de los ejecutivos, casi diez puntos más que en el Nasdaq.
Ciertamente, la informática moderna es… insondable.